Coge tu bandera del Orgullo, sírvete una bebida y prepárate para un hecho alucinante: la naturaleza es un gran y fabuloso desfile queer. Durante siglos, los humanos hemos visto a los animales como bastiones del “orden natural” (lo que sea que eso signifique), asumiendo que cada pingüino tenía a su pareja perfecta del sexo opuesto esperando entre bastidores. ¿Resulta que estábamos totalmente equivocados? Desde delfines juguetones hasta jirafas amantes del mismo sexo, el reino animal tiene más representación LGBTQ+ que un brunch de drag en junio.

Sumerjámonos en la naturaleza salvaje con los colores del arcoíris y conozcamos a los íconos inesperados que redefinen el significado de lo “natural”. Aquí está la guía del reino animal para ser ruidoso, orgulloso y, literalmente, salvaje.


Pingüinos: La pareja comprometida y acogedora

En primer lugar, tenemos a los animales más adorables del reino animal: los pingüinos. Estas aves son conocidas por sus relaciones monógamas, y ese amor no conoce límites de género. Se han documentado parejas de pingüinos del mismo sexo en todo el mundo: el Acuario Sea Life de Sydney tiene a Sphen y Magic, un querido dúo de pingüinos homosexuales que incluso criaron un polluelo juntos. De hecho, esta tendencia no es rara: en zoológicos de todo el mundo hay pingüinos homosexuales que crían crías, lo que pone en evidencia nuestras habilidades de crianza compartida. ¿Gwyneth Paltrow, quién?

Delfines: los espíritus libres por excelencia del océano

Cuando se trata de delfines, el océano es su patio de recreo y el amor no tiene reglas. Los delfines machos son conocidos por formar vínculos entre personas del mismo sexo que incluyen desde compañerismo hasta conexiones físicas intensas y duraderas. Son una especie de pansexuales poliamorosos del mar, que exploran todas las posibilidades de relación bajo el sol. Y no, no son solo los machos: también se ha visto a delfines hembras acercándose y relacionándose personalmente entre sí. El amor libre nunca se vio tan elegante.

Jirafas: altas, orgullosas y juguetonas

Las leyendas de los cuellilargos de África están aquí para recordarnos que la altura no es un obstáculo para el amor. Las jirafas macho suelen practicar el “besuqueo” (sí, literalmente usan sus cuellos para entrelazarse y “luchar” en una exhibición que a menudo conduce a la unión entre personas del mismo sexo). Los estudios muestran que más del 90% de los encuentros observados entre jirafas se dan entre machos. ¿Y con esas pestañas oníricas y revoloteantes? Las jirafas de la sabana están reinventando por sí solas el bromance. No me digan que el reino animal no está de moda.

Bonobos: El salvaje oeste del amor y la lujuria

Los bonobos son la prueba viviente de que la naturaleza no quiso que las cosas fueran tan claras y concisas. Estos primates son conocidos por sus fuertes vínculos y su actitud, ejem, “liberal” hacia la intimidad. Tanto los bonobos hembra como los machos participan en actividades del mismo sexo, lo que los convierte en algunas de las criaturas sexualmente más fluidas de la Tierra. Los bonobos utilizan el amor (romántico, platónico y de cualquier otro tipo) como una forma de construir una comunidad y resolver conflictos. Básicamente, practicaban el poliamor antes de que conociéramos el término.

Cisnes: amor entre personas del mismo sexo con un toque de elegancia

Para quienes todavía se aferran a la idea de la vieja escuela de que los cisnes son un símbolo del amor heterosexual (gracias, cuentos de hadas), es hora de hacer una revisión de la realidad. Muchos cisnes se aparean en parejas del mismo sexo, formando vínculos que son tan intensos como duraderos. Se sabe que las parejas de machos del mismo sexo roban o adoptan huevos y crían cisnes juntos, lo que ofrece una energía de crianza compartida realmente elegante. Si buscas vibraciones de "hasta que la muerte nos separe", no busques más.

Ovejas: Haciendo historia, un carnero a la vez

¿Has oído hablar alguna vez de las “ovejas gays”? No es solo un término, es un fenómeno real. Estudios realizados en los años 90 descubrieron que un porcentaje significativo de ovejas macho, conocidas como carneros, se sienten atraídas exclusivamente por otros machos. Los científicos incluso descubrieron que ciertas estructuras cerebrales de los carneros gays se parecen a las que se encuentran en los humanos gays. Las ovejas no salieron del armario por casualidad, sino que escribieron la guía de campo.

Leones: Reina y Reina de la Selva

Hazte a un lado, Mufasa; la verdadera realeza de la jungla podría ser una pareja de leones del mismo sexo. Se ha visto a leones machos formar vínculos estrechos que incluyen todo, desde acicalarse mutuamente hasta, sí, ponerse a trabajar. Estas conexiones entre personas del mismo sexo no son algo puntual: los leones suelen formar relaciones sólidas y afectuosas entre sí que reflejan las parejas que se aparean, permaneciendo uno al lado del otro en solidaridad. ¡Son los reyes de la manada, sin duda!


¿Por qué la naturaleza es tan extraña?

Entonces, ¿por qué hay tantos animales LGBTQ+? Resulta que la evolución no se trata solo de aparearse para tener bebés; a veces, se trata solo de crear vínculos. Ya sea formando alianzas, criando a los hijos juntos o simplemente disfrutando de la compañía del otro, estos vínculos entre personas del mismo sexo tienen un propósito. No todas las relaciones tienen que ver con la reproducción, y el reino animal sabe que el amor, en todas sus fabulosas formas, es valioso.

La naturaleza no solo hizo espacio para la homosexualidad, sino que organizó una gran fiesta del Orgullo, invitando a especies de todos los ámbitos (o condiciones) a unirse a la celebración. Así que la próxima vez que alguien diga que ser LGBTQ+ no es “natural”, recuérdele que los pingüinos, las jirafas, los delfines y los leones no están de acuerdo. La naturaleza misma es prueba de que el amor es amor, sin etiquetas ni reglas, solo alegría salvaje y sin filtros.

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